En el contexto económico y político de la crisis se
han enfrentado dos concepciones: una, la que defiende la importancia del Estado
como regulador, supervisor, agente económico y proveedor de servicios públicos,
sociales y de protección social; y la otra, la que ha pretendido reducir el
papel del Estado al mínimo, reducir, deteriorar y privatizar los servicios
públicos.
La gestión neoliberal llevada a cabo por los gobiernos
ha optado por la reducción del peso de lo público en la economía en estos años.
Los compromisos adquiridos ante la Comisión Europea, el cumplimiento de la
consolidación fiscal y la reducción del déficit, han tenido como resultado un
crecimiento de la desigualdad y de la pobreza y un grave deterioro de los servicios
públicos básicos y de las prestaciones sociales, que están sufriendo la mayoría
de los ciudadanos.
Para CCOO es preciso reconstruir la estructura fiscal
del Estado, en sentido amplio, para atender y reforzar servicios públicos
universales, suficientes y equitativos en su definición, con gestión eficiente
y rigurosa.
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